
Cómo trabaja un histórico del karate argentino para quitarle presión a los atletas que competirán en Buenos Aires 2018

Franco Icasati, uno de los históricos exponentes de la disciplina en Argentina, a cargo del equipo juvenil que competirá en los Juegos Olímpicos de la Juventud, explicó cómo planificó la preparación integral de los atletas y contó el valor que tiene para la disciplina ser parte del Movimiento Olímpico.
Desde que se confirmó el regreso del karate al escenario olímpico, en Argentina y en todo el mundo todos los adeptos a la disciplina están viviendo los mejores días de su vida deportiva.
Y en nuestro suelo, ese sentimiento está potenciado por la posibilidad de recibir la tercera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud. Dos serán los representantes que fueron elegidos para competir por Argentina en Buenos Aires 2018.
Juan Salsench y Rodrigo Tello serán la esperanza del karate. Detrás de ellos está Franco Icasati, un faro de referencia ineludible para el deporte de combate. El tres veces campeón panamericano y además medallista de los Juegos Panamericanos fue el elegido, a fines de 2017, para sumarse a liderar el equipo de juveniles rumbo a la primera celebración olímpica que se realizará en nuestro país.
"Estamos trabajando con mucha intensidad, controlando la ansiedad y el stress que conlleva tener el debut olímpico en casa", le dijo Franco Icasati a La Licuadora Deportiva.
"Desde enero estamos trabajando triple turno, con concentraciones una vez por mes hasta que el proceso llevó a que seleccionemos a Salsench y Tello como nuestros representantes", agregó el hoy entrenador.
Para los jóvenes argentinos será muy especial participar de Buenos Aires 2018. Además de ser protagonistas de la delegación local, que los Juegos se realicen en casa suma una presión más para los chicos argentinos.
¿Qué ejercicios en el entrenamiento le dedicó Icasati al aspecto psicológico de los juveniles? "En cada concentración nos familiarizamos con el stress que puede generar el marco de competir en casa", afirmó.
A pesar de no poder cumplir el sueño de ser olímpico como karateca, Franco aceptó su nuevo rol en el mundo del karate argentino con gusto y placer. Es una nueva etapa, en la que puede proyectar y aportarle toda su experiencia a los integrantes del equipo que buscarán lograr la clasificación a Tokyo 2020.
"Desde que me incorporé al cuerpo técnico de mayores y luego al equipo de Buenos Aires 2018, me siento un privilegiado. Lo tomo con mucho compromiso y responsabilidad. Estoy aprendiendo con los atletas a ser mejor persona y entrenador", concluyó.
