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Participó en Helsinki 1952 y 66 años después la llamaron para llevar la llama olímpica en su ciudad

Conocé la historia de Gladys Erbetta, la atleta de Santa Fe que representó a Argentina en los Juegos Olímpicos y fue elegida para llevar la antorcha de los Juegos Olímpicos de la Juventud. "Le pido a los chicos que hagan deporte", comentó la mujer que se entrenaba en un descampado y que no viajó a Melbourbe '56 para no defraudar al deporte argentina. 

A poco de cumplir 90 años, será el 28 de septiembre, Gladys Erbetta mantiene un espíritu joven y con distintivos olímpicos. Desafió su destino desde muy joven, donde las prioridades y la diferencia entre géneros era muy amplia. Tenía que pedirle permiso a su mamá, por ejemplo, para poder ir a entrenar. 

 

"Cuando empecé con el atletismo tenía 21 años. Era una época que había que pedir muchos permisos, pero no me importaba, yo quería competir, quería correr. Pasaron 66 años de Helsinki. Todo lo hice porque me gustaba y hoy la gente me sigue recordando. A esta edad estoy empezando a entender todo lo que logré", le dijo Gladys a La Licuadora Deportiva desde Santa Fe.

 

Erbetta participó en los 200 metros llanos, el salto en largo y en la posta 4x100 metros en los Juegos Olímpicos de 1952. Sí, en esa época donde el deporte argentino tenía al estado liderado por Juan Domingo Perón como principal auspiciante. Justamente una carta del por entonces presidente argentino y su esposa Eva, tiene Gladys en su casa. Las muestra con orgullo. Al igual que la tapa que le regaló El Gráfico, hoy desaparecido.

 

"Fue una emoción tan grande que hoy siento que todo ha sido un sueño. Estuve muy emocionada de poder llevar la llama olímpica de Buenos Aires 2018. El público se portó maravillosamente, me aplaudieron todo el camino. Fue un gran honor". Así vivió un momento único, Gladys. Fueron pocos metros los que llevó el fuego sagrado, justo antes de que el relevo pase por el puesto colgante de Santa Fe, iluminado con los colores de los anillos olímpicos.

 

Las épocas cambiaron, claro. Como ella misma contó, cuando entrenaba lo hacia en una pista de tierra. Y a la hora de hidratarse, aprovechaba las piletas que usaban los caballos. Lo que no cambió, y Erbetta lo remarcó, es el valor del deporte para el ser humano. Para esta señora olímpica es vital en el crecimiento de las personas y las sociedades. Y lo dejó bien claro.

 

"Practicar deporte es lo más lindo que hay. Haces amigos, te olvidas de muchos problemas. Quisiera que los jóvenes hicieran. Lo importante es competir y no ganar. En estos momentos que estamos viviendo, los jóvenes tiene que hacer deportes en vez de hacer otras cosas que los dañan", comento.

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