
La vida de Agustín y Gustavo Osorio: sueños que viajan en jabalina

Gustavo Osorio fue el encargado de moldear a Braian Toledo, una de las joyas del atletismo argentino que supo ser campeón en Singapur 2010, la edición estreno de los Juegos Olímpicos de la Juventud. Hoy, la historia se repite, pero esta vez con su hijo Agustín, entre los mejores del mundo en su categoría lanzando la jabalina.
En el 2003, cuando un tal Braian Toledo llegó a su vida, Agustín Osorio era apenas un chiquitín que estaba dando sus primeros pasos en la vida. Juntos crecieron de la mano de Gustavo, el papá del corazón del primero y el biológico del segundo. Siempre ahí, en ese hogar que rebalsa de humildad, en el municipio de Marcos Paz.
La historia del Osorio entrenador con el chico que tomó un día una jabalina, y varios años después la mandó tan lejos que se ganó la medalla dorada olímpica de la juventud en Singapur, tuvo todas las escenas de una película de superación dirigida por alguno de los sabiondos de Hollywood.
"El lanzaba con el hambre que tenía en la vida. Era todo fuerza interior", recordó Gustavo sobre el camino a la fama de Toledo. En cambio, su hijo tuvo una infancia distinta. Sin tantas carencias afectivas y de alimentación. La conducción con Agustín es mucho más fácil porque hay muchas cosas que estaban resueltas desde antes de empezar a entrenar: su salud, su familia que acompañaba. Es otra la dinámica y dividimos los roles dentro y fuera de los entrenamientos", explicó el Osorio entrenador.
Ese ser competitivo es lo que hace distintivos a los atletas. El que tiene el famoso ojo de tigre tiene un plus. Se supera a si mismo, se gana y no se deja vencer por nada ni nadie. Lo que el DT dejó en claro es que no es necesario ser pobre para querer triunfar. Se puede llegar al final del camino por diferentes rutas.
"Brain y Agustín tienen distintos tipo de hambre dentro del deporte. A mi hijo lo educo por medio del deporte: retroalimentarse de la pasión nunca nos va a cansar", mencionó el entrenador finalista olímpico en Rio 2016 con Toledo.
¿Cuál es la proyección de Osorio para su hijo? De las mejores. "Agustín tiene un proceso más lento y paulatino, pero en cada escalón que sube, asegura su crecimiento. Va más tranquilo, pero más seguro. Apuntamos a París 2024 y Los Ángeles 2028 como sus grandes momentos", analizó el formador de pequeños amantes del atletismo.
Contento con la relación que forjó con Agustín, Osorio le deja el protagonista de la entrevista con La Licuadroa Deportiva al atleta juvenil que hace unos días nada más se coronó campeón sudamericano Sub 18 con nueva marca: 74,47 metros lanzó.
"Estoy muy contento con la mejora de la marca de cara a Buenos Aires 2018. Se dio justo en el sudamericano y superando algunas lesiones que tuve el año pasado", explicó Agus, que tiene un sueño. "Voy a buscar la medalla de oro en los Juegos", vaticinó el lanzador de jabalina que está quinto en el ranking mundial juvenil de la IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, según sus siglas en inglés) en 2018.
¿Podrán hacer realidad su sueño los Osorio y cumplir la promesa?
