La verdad, es difícil escribir algo sobre él. Si bien los adjetivos pueden variar en cantidades industriales, cualquiera podría decir que se le han hecho todos los elogios posibles. Ese es el desafío. Encontrarle un calificativo más a su carrera legendaria. 

 

En la NBA, lograste todo. Cuatro anillos, recibiste un premio dedicado a los mejores (Sexto Hombre), fuiste parte del Juego de las Estrellas. Pero lo más relevante de tus 1.000 pasos en un espectáculo deportivo único en el mundo va para otro lado. Algo similar a esos cambios en el aire que haces cuando penetras hacia el aro con tu zurda.

 

El reconocimiento global. Eso es. Ser un futuro integrante del Salón de la Fama del básquet. Eso es. Haber sido parte vital de la construcción de un equipo que sobrepasó los valores normales en el deporte. Eso es. 

 

Ahora, con tus 37 años a cuestas, estás intacto. Tendrás más dolores después de cada partido. Te costará más irte de gira con San Antonio y dejar a tu mujer y tus tres hijos en casa. Pero lo que no resignas es tu sentido de la disciplina y la competitividad. En eso te pareces al Nº1 de todos los tiempos. Sí, a ese que tenías en decenas de posters colgados en las paredes de tu habitación en Bahía Blanca. 

 

Fueron 1.000 partidos. Serán varios más. Tu llegada a la tierra prometida en 2002 dejó sin palabras a muchos que sólo te veían como un novato más. El tiempo puso las cosas en su lugar. Vos pusiste las cosas en el lugar que querías. Con esfuerzo y dedicación. Claro, tu talento es superior a la media, pero sin esos dos adjetivos que califican tu personalidad, difícil hubiera sido el camino entre los mejores.

 

Con más de 40.000 vistas y 1200 interacciones, nuestros seguidores te votaron como el mejor de la última década en el deporte argentino. Varios, se animaron a preguntar, ¿Por qué no el mejor de todos los tiempos? Ellos tienen razón. Porque no…

 

Felicidades, Manu. Un adjetivo más para ese cajón lleno de lindas palabras. Mil veces Ginóbili, el bahiense que llegó a la cima del mundo del deporte con un corazón y mente pocas veces vista.